¿Me sigues?

23 noviembre, 2011

El mundo contemporáneo.


Vivo en el reino de la confusión, dónde la vida es solo ilusión, aquí las cosas no son lo que son, reino de engaños, mentiras y traición...
En este reino todo tiene un precio y el lenguaje de palacio aburre al necio, que prefiere no pensar y ni se esfuerza, aquí el que menos sabe es el que grita, ¿quién le quita la razón al que la impone por la fuerza? Si buscas trabajo tendrás tu oportunidad pero el puesto es para el sobrino del jefe, ¡vaya casualidad!
La habilidad de ser inútil siempre beneficia, el mañoso curra el doble, es un mediocre si la pifia. Y las noticias quieren sólo audiencia, en este reino los niños ni se inmutan cuando ven violencia, es la televisión y su contradicción , ella te dice consume y el gobierno que aprietes tu cinturón.

Misma situación disparatada aquí la profesión mejor pagada es dar patadas a un balón . Si en este reino roba un pobre va a prisión, ladrón incómodo; y si lo hace un rico le llaman cleptómano, y se va al psicólogo.
Mira al rededor dónde está el error, ¿quién es tan tonto de llamar a un negro hombre de color? Es el valor de un reino decadente, dónde el país que vela por la paz mundial es el que más armas vende. No, nadie lo entiende, pero se resigna, son presos del sobrepeso y del sabor de un Big Mac. Me indigna el paradigma del progreso, es un enigma, y Dios es un reloj que nos estresa haciendo tic-tac.

[...]
En este reino manda el marketing y vale todo, podrás vender un calcetín a precio de oro si encuentras el modo. Tan solo muestra tu imagen de ganador porque aquí importa la fachada, no se mira el interior. Verás un dedo acusador si fumas plantas naturales y mientras venden droga etílica en todos los bares.
Tú sabes que no puedes vivir sin esa dosis de tecnología en estos días de miedo y psicosis. Un mentiroso aquí es famoso por su encanto, un abogado hara que un hijo de puta se parezca un santo. En este reino el engaño es un gran negocio y torturar un animal en la plaza motivo de elogio.
El ocio un privilegio si eres proletario, pues saca pecho ante el calvario del préstamo hipotecario. Por un techo pasarás tu vida en filo y a punto de irte al otro barrio. Ya eres propietario respira tranquilo.
¿Crees que es injusto? dilo, no eres el único. Protestas cómo un ciudadano o callas cómo un súbdito.

Es típico ver cómo políticos se insultan y fabrican bombas nucleares para no usarlas nunca. Yo no les creo, veo reos del desempleo, sufren con razón. La cruel globalización y es que quién no tiene enchufe, es un bufón en este feudo dónde Dios tiene dos nombres: uno es dolar y otro es euro.
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El reino de lo absurdo - Nach

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