Abrázame, átame a ti, hazme esclava de tu ser y de tus besos. Esos besos que tanto adoro.
Dime que me amas, que no me vas a dejar nunca, que soy única y no has encontrado a nadie como yo.
Hazme volar, sentir que vivo en un sueño del que no quiero despertar nunca.
Enséñame a amarte tal y cómo quieres que lo haga, o incluso más; enséñame a ser feliz junto a ti, no quiero serlo si no estoy contigo.
Dame esos besos que no me has cuando no estamos juntos, dame esos abrazos que tanto me gustan, los que están llenos de cariño e inspiran sentimiento...
Mírame crecer y si caigo en el camino, no me ayudes a levantarme, lo haré yo sola para demostrarte de que por ti, haré lo que sea.
Júrame amor eterno aunque tú y yo sepamos que siempre, es demasiado tiempo.
Hazme reír y llorar, hazme sentir mil cosas juntas y a la vez, sentirme neutra contigo.
Quiero que me moldees a tu imagen y semejanza para poder ser tu media naranja.
Quiero sentirme tuya y sentirte mío.
Haz mis sueños realidad, como yo intentaré realizar los tuyos.
No sueño con ser una princesa que vive feliz en su castillo de nubes con su príncipe azul, que al fin y al cabo, se terminan destiñendo.
Sueño con ser esa clase de princesa que tiene problemas, vive en un piso de cuarta con su príncipe imperfecto, que no es azul.
Estoy harta de príncipes azules. Esta vez, quiero que seas mi príncipe... Verde. Sí, ¿por qué no?
De esa clase de príncipes que aunque no sean perfectos, hacen que bajes los pies a la tierra y te des cuenta de que la vida no es un sueño, sólo es una travesía, que gracias a ese príncipe verde, poco a poco, recobra un poco de magia, la cual, un día, ese príncipe azul, le quitó por completo.
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