Ven.

Ven y mírame a los ojos, dime que me amas tanto o más que antes. Abrazáme, no me dejes ir, aunque te pida que te vayas, no quiero que lo hagas. Siénteme cerca de ti, nunca me alejé. No quiero volver a despertarme un día más sin tu cuerpo al otro lado de la cama. No quiero que me vuelvas a mirar como una extraña. Quiero que sientas celos, celos del que me mire, del que me hable, del que respire mi mismo aire. Quiero que me demuestres que me quieres. Quiero sentirte cerquita mía. Quiero que me dejes sin aliento con un besos de esos que tanto me gustan, que me vuelvas a besar el cuello o hacerme cosquillas en la barriga. ¿Vemos una película? pero como antes: sin verla, sólo nos miramos a los ojos y nos besamos, ¿te parece bien? Hazme madurar, crecer, aunque sea a la fuerza, pero hazlo. Séeme fiel siempre. Nunca me odies, ámame...
No quiero que me lleves el desayuno a la cama, ni que me traigas flores todos los fines de semana. Sólo pido que te cabrees por boberías, que me beses con pasión y que me digas susurrándome al oído "Te amo mucho..." ¡como antes!
¿Que porqué? Porque te amo, porque eres quién me hace feliz, porque si no te tengo no sé a dónde ir, porque los segundos me matan si no estoy contigo, porque siento celos al verte con otra, porque no soporto más esta espera... No, no la soporto. Te quiero a mi lado, ya. Sé que sientes lo mismo que yo y que extrañas que todo sea como antes.
Pero da igual, yo aguantaré.
Sólo espero que cuando vuelvas, no me haya ido.